Historia / History
El Tratado de Guadalupe Hidalgo puso fin a la Guerra México-Americana en 1848 pero dejó a muchos mexicanos en estado de incertidumbre. Al terminarse la guerra, se estableció una nueva delimitación fronteriza entre los Estados Unidos y México, la cual dividió los territorios mexicanos de tal manera que los terrenos al norte del Rió Grande pasaron a pertenecer a Estados Unidos, con la línea divisoria de California pasando justo al sur de la bahía de San Diego. El Tratado les dio a los mexicanos que habitaban los nuevos territorios estadounidenses la opción de trasladarse al sur de la frontera o de elegir la ciudadanía estadounidense.
The Treaty of Guadalupe Hidalgo ended the Mexican-American War in 1848, but left the lives of many Mexicanos in limbo. At the conclusion of the war, the new US-Mexican border split existing Mexican states so that those above the Rio Grande became US property, with California’s southern border passing just south of San Diego Bay. Mexicans living in this new American territory were given the option to leave, moving south of the new border, or to become US citizens.
Una gran mayoría de mexicanos eligieron la ciudadanía, sin embargo, la imposición de una nueva cultura, así como la insólita y conflictiva experiencia de ser tratados como extranjeros en su tierra natal, entorpecieron aún más antiguos esfuerzos de afirmar y conservar una identidad mexicana. Fue bajo estas circunstancias y con el encabezamiento de méxico-americanos que surgió este grupo de ciudadanos en el sudoeste de Estados Unidos.
Grandes acontecimientos en la historia de Estados Unidos, como el Gold Rush, la Gran Depresión y la primera y segunda guerra mundial, impactaron la vida de los inmigrantes y grupos minoritarios, incluyendo a los méxico-americanos. La inequidad educativa, la segregación de facto de viviendas y las prácticas de empleo discriminatorias son sólo algunos de los desafíos a los que se tuvieron que enfrentar. A esta problemática, que de hecho era muy extensa, abarcando problemas muy variados, no se le prestó atención y a menudo pasó desapercibida por el resto de la población estadounidense.
A great majority of Mexicanos who found themselves living in US territory chose United States citizenship. For those who settled on this option, the imposition of a new culture, as well as the experience of being treated as foreigners in their native land, further complicated historical struggles to assert and maintain Mexican cultural identity. It was under these conditions that the hyphenated Mexican-American citizens of the United States rose in the southwest.
Major events throughout US history, such as the California Gold Rush, the Great Depression, and the First and Second World Wars affected the lives of all immigrant and minority groups, including Mexican Americans. Educational inequalities, de facto housing segregation, and discriminatory employment practices were just some of the challenges faced by members of all minority groups in the US. These myriad issues and problems were left unaddressed and often overlooked entirely by the rest of the country.
Durante el periodo de los 60s y 70s, miembros de estos grupos minoritarios, incluyendo chicanas y chicanos, se percataron de la urgencia de movilizarse para abogar en pro de sus propios derechos. Términos que fueron empleados inicialmente para referirse despectivamente a los mexicanos de clase baja, chicana y chicano se refieren a partir del Movimiento Chicano a los estadounidenses de descendencia mexicana con conciencia de su identidad política y el reconocimiento de su obligación de movilizarse para abogar por las necesidades de su comunidad. El término “chicano” puede emplearse también para describir una posición política, en donde también pueden participar aquellos que no sean de descendencia mexicana, incluyendo miembros de otros grupos hispanos, poniendo en evidencia el cambio en significado que ha adquirido el término a través del tiempo. Hoy en día, el uso de la palabra ha perdido popularidad entre individuos que aún consideran sus connotaciones negativas o por la exclusiva asociación del término con la rebeldía militante. Al igual que muchos otros grupos minoritarios, los chicanos se organizaron a nivel nacional en los 60s y 70s en defensa de sus derechos civiles. El movimiento tuvo como objetivo enfrentarse a las desigualdades educativas, así como a la injusticia social, política y económica. Las chicanas y los chicanos en San Diego no sólo contribuyeron al movimiento nacional, pero a la vez trabajaron para satisfacer las necesidades de su comunidad, resultando en logros como la creación del Parque Chicano.
By the 1960s and 70s, members of these minority groups, including Chicanas and Chicanos, felt it was necessary to organize and become activists for their own causes. Initially considered a pejorative term used in reference to lower-class Mexicans, “Chicana/o” refers to Americans of Mexican descent who are conscious of their political identity, and who know they must create their own movement to advocate for their needs. “Chicano” may also be interpreted as solely a political stance where those not of Mexican descent can participate, including members of other Hispanic groups, evidence of the word’s meaning changing from generation to generation. Today, the word is not as popular with individuals who believe it still has negative connotations, or who exclusively associate it with militant rebelliousness. Chicana/os in the 1960s and 70s were just one of many minority groups organizing nationally to defend and fight for their rights. The movement sought to address educational inequalities, as well as social, political and economic injustice. Chicana/os in San Diego not only contributed to the national movement but also worked to address local needs, resulting in such accomplishments as the creation of Chicano Park.